Claudia Albarrán rinde homenaje a Inés Arredondo en una biografía que analiza factura e intenciones de treinta y cuatro cuentos pagados con enormes sufrimientos personales y revelaciones literarias. Claudia echó mano de todo su alcance: un diario adolescente escrito a los quince, entrevistas con familiares y amigos, el paisaje de Sinaloa, noticias, notas y reseñas, el testimonio de los relatos. Estuvo varios años juntando material, dispuesta a elegir con información de un cirujano piezas clave en el inmenso rompecabezas de una vida. Dispuesta a comprender la paradójica complejidad de una narradora talentosa y autodestructiva que fue perdiendo su belleza por el camino de sesenta y un años cumplidos y murió mientras veía la televisión en un cuarto umbroso. El resultado es conmovedor. Nos deja un nudo en la garganta.